En vigilancia los animales convivientes con 3 pacientes diagnosticados de monkey pox en la Región de Murcia

Según los datos de la Red Nacional de Vigilancia Epidemiológica (RENAVE), en el último informe de este sábado 30 de julio, se han notificado un total de 4.298 casos de viruela del mono en España, de los que se tiene información de 3.750 pacientes.

En la Región de Murcia hay actualmente 19 casos en 3 de los cuales el paciente convive dentro del núcleo familiar con diferentes animales de compañía, que han sido puestos en observación, limitando su contacto con el enfermo y su movilidad.

La razón fundamental de esta vigilancia es, por un lado, evitar que los animales se contagien y puedan mantener la enfermedad en el ámbito familiar, y por otro, que por su etología y durante su interacción con el entorno, puedan contactar con roedores silvestres y trasmitirles esta infección generando así un posible endemismo de la enfermedad en la zona, ya que son los roedores silvestres los verdaderos hospedadores de este virus.

Por esta razón y aplicando el concepto ONE HEALH, desde el Colegio Oficial de Veterinarios se ha pedido a los veterinarios clínicos, que comuniquen a la Unidad de Zoonosis de la Dirección General de Salud Pública, los posibles sospechosos, si se identifican animales con lesiones compatibles con esta enfermedad.

Se trata de una enfermedad zoonótica viral, es decir, que puede transmitirse de animales a humanos. También se puede propagar de persona a persona, y según las últimas noticias, también puede transmitirse de humanos a animales, especialmente a los animales compañía de compañía.

Los síntomas, según la OMS, incluyen fiebre, dolor de cabeza, dolores musculares, dolor de espalda, poca energía, ganglios linfáticos inflamados y erupciones o lesiones en la piel. Por lo tanto, si presentas algunos de estos síntomas, es necesario que lleves a una clínica veterinaria a tu animal de compañía.

¿Cómo se manifiesta la enfermedad en los animales?

Los roedores infectados por la viruela del mono, normalmente, son asintomáticos.

Otros mamíferos en cambio, sí suelen sufrir signos de la enfermedad. En estos casos, la presentación clínica, al igual que en humanos, es variable, aunque la más frecuente es la cutánea. En este sentido, “las lesiones, generalmente, empiezan en la zona de la cabeza y, después, se extienden al resto del cuerpo, especialmente en las patas y en las orejas. Primero se inflaman y, más tarde, aparecen cubiertas por costras”, siendo el animal contagioso, hasta que estas heridas desaparezcan. 

En la mayoría de estos casos, el cuadro de la infección es leve y autolimitado. Se caracteriza por incluir fiebre, anorexia, alteraciones del comportamiento o letargia. No obstante, según Rodríguez, “en ciertos grupos, como gatos jóvenes e inmunodeprimidos, es posible que se establezca un cuadro grave de clínica respiratoria en forma de neumonía, pudiendo llegar a ser mortal”.